Comentario
Una de las corrientes más características dentro del mundo judío ortodoxo es el hasidismo, término derivado de hasid, piadoso. El hasidismo se debe a un líder carismático, Israel ben Eleazar (1700-60), también conocido como Baal Shem Tov (Maestro del Buen Nombre). El hasidismo surge como una reacción frente a la ortodoxia imperante en el judaísmo de Europa oriental, en especial la representada por el maestro intelectual Elijah ben Solomon (1720-97), conocido como Vilna Gaon (Genio de Vilnius), quien llegó a excomulgarles. Sin embargo, con el tiempo ambos grupos se han aliado para defender el punto de vista más tradicional del judaísmo.
Los representantes de esta corriente, actual máximo exponente de la ortodoxia fundamentalista judía, buscan reivindicar los actos sencillos de la vida religiosa cotidiana, como la oración y el servicio divino. Los hasidistas se organizan en dinastías, en las que es muy importante el papel que juegan los rabinos o rebbe, líderes rodeados de carisma que son muy reverenciados. Un caso notable a este respecto es el del grupo denominado Hasidismo Lubavicht, cuyos seguidores consideran a su último rebbe, Menachem Mendel Schneerson (1902-94) como una especie de mesías.
Pero lo más llamativo de los hasidistas es su característica indumentaria, con levitas y sombreros de ala ancha, al estilo de los nobles no judíos que entraron en contacto con los judíos que vivían en los pueblos (shtetls) del este de Europa en el siglo XVIII.